Un hombre que se está muriendo en el hospital reúne a sus
dos hijos, su hija y su esposa y, rodeado por todos ellos y su enfermera, les
reparte su herencia:
- A ti, Pedro, te dejo las casas del Norte.
- A ti, hijita, te dejo todos los apartamentos de la zona Sur !
- A ti, Carlitos, por ser mi hijo menor, con un gran porvenir, te dejo las oficinas del Centro.
- Y a ti, mi querida esposa, el edificio del Barrio las Cumbres, al
Oeste de la Ciudad.
La enfermera, impresionada, le dice a la esposa:
- Señora, su esposo es muy rico: les está dejando en
herencia muchas propiedades!
Y la esposa, sin perder el tiempo le responde:
- ¡Qué propiedades! Es que repartía el butano y nos ha
dejado las rutas.